Cuando Amy de Asif Kapadia competía en la categoría de mejor documental en los Oscares 2016, otro filme también se destacaba en la contienda y parecía tener la ventaja de llevarse el reconocimiento de ese año. Curiosamente era sobre otra biografía, sobre la gran cantautora Nina Simone, en el documental “What Happened, Miss Simone” (2015) Dir. Liz Garbus, donde se mostraba una cara de la artista no tan difundida que cubre su apoyo, sentido de responsabilidad y compromiso con el movimiento civil racial en Estados Unidos entre los 50’s y 60’s, así como los efectos secundarios en su carrera y su vida personal. Sin embargo, al final de la noche fue Amy el documental ganador; y aunque su contenido pudiera no tener el impacto social tan notable alcanzado por el de Nina Simone, había algo tremendamente emocionante que hizo a la crítica adorarlo. En particular ¿qué hace tan especial a este documental de toda la larga lista de producciones hechas sobre la vida de Amy Winehouse?
Uno de los grandes motivantes para el director era mostrar quien era Amy antes de ser famosa, pero sobre todo dar cierta luz sobre cómo fue posible que una carrera tan prometedora y una cantante tan talentosa tuviera ese final. Mostrar una cara diferente a la Amy autodestructiva y decadente que siempre fue alcanzada y difundida por los medios, sobre todo cuando comenzó a tener éxito en Estados Unidos.
El hecho de utilizar solamente entrevistas en audio sobre personas cercanas a la vida de Amy, es un recurso explorado por el director en su anterior trabajo del 2015 “Senna” que abarca la vida extrema de Ayrtor Senna corredor de autos Formula 1. En el caso de Amy, el recurso va creando una atmósfera intima entre la artista y el espectador. Se trata de un acercamiento, una perspectiva interna a diferencia del ojo externo creado por noticieros, paparatzzis y todo medio que opinó sobre ella. Gracias a fragmentos inéditos como mensajes de voz de teléfonos de sus amigos y videos caseros sobre eventos en su infancia, permiten conocer el lado más personal de la artista al mostrar su larga amistad con Juliette Ashby y Lauren Gilbert, así como momentos privados con su gran amor Blake Fielder. En un tiempo en el que el teléfono con cámara todavía no era tendencia, su familia y amigos registran momentos de la vida de Amy, y su interacción con la cámara va mostrando a una artista que mientras va creciendo en fama, otro aspecto en su vida se va viendo afectado, revelado a través de los cambios en su figura, peinado, maquillaje etc.
En el transcurso de la crónica se descubren prismas de la personalidad de la artista; su humor, su notable talento desde pequeña y sobre todo la manera de lidiar con sus problemas al escribir canciones sobre ello, fotografiando así su emoción y su fragilidad. Canciones como “love is a losing game”, “what is about men”, “stronger than me”, entre otras, son reflejo de su trasparencia expresiva y su manera tan kamikaze de transmitir su dolor.
Su manera de escribir fue una gran revelación para mí, todo el mundo habla de su voz, pero su escritura es brillante y de hecho sus canciones si las estudias tienen todas las respuestas, ella escribió todo sobre su vida y esta ahí en sus letras.
Asif Kapadia
Un gran acierto en el filme es presentar la fuerza de sus canciones por medio de música y subtítulos creando así intertextualidad. De esta manera sus canciones cobran otro significado, otra lectura, apreciando su poesía y la musicalidad de sus palabras. Es notable como ese pequeño detalle permite ver que mientras sus canciones hablaban de episodios de su vida, terminan siendo hoy irónicas y tristes, pues es como si guardaran un mensaje, una profecía o tal vez una revisión con el pasado. Por ejemplo al comprender canciones como “Rehab” que fue un magno éxito comercial y de esparcimiento, realmente estaba hablando de una llamada de atención que pudo haber sido esencial para evitar el trágico desenlace debido al abuso de drogas y alcohol.
Para el documental es muy importante hablar del material discográfico de Amy, pues es también protagonista en su historia. En su más importante ruptura con Blake, Amy sufre un colapso nervioso y nuevamente se refugia en la música comenzando a componer “Back to Black” el que será su más grande éxito y obra maestra. Álbum que la catapultara a la fama y que el mundo entero querrá escuchar una y otra vez en giras y tours alrededor del mundo, creando así una obsesión mediática a su alreador. Este es uno de los momentos más difíciles y esenciales en el filme pues muestra la fragilidad humana de Amy, quien al cancelar varios conciertos por no estar preparada emocionalmente para revivir la experiencia que le daba cantar sus canciones, comienza a afectar su imagen profesional sobre todo ante sus admiradores. Un evento experimentado por otras artistas, quienes se van viendo afectadas a cancelar o casi cancelar sus conciertos en tour debido a un descompostura emocional; como Bjork en el 2015 después de comenzar su gira “Vulnicura”, o Kate Perry quien en su documental “Katy Perry: Part of me” muestra como sobrelleva su tristeza en los comienzos de sus problemas matrimoniales en medio de su gira.
Sin embargo el corazón del documental yace en su meticulosa selección de material audiovisual y en su montaje narrativo y expresivo, el cual desde una parte técnica se aleja de la biografía convencional y busca nuevas maneras elocuentes de presentar un documental. Donde las entrevistas o testimonios son voces que se entrelazan con las imágenes elaborando un poderoso mensaje, sin condescendencias, dejando así que el espectador pueda crear su propia opinión de la situación. Con cierta sutiliza al hablar de culpas y responsabilidades sobre qué causó la caída de Amy, el filme parece inclinar la balanza hacia su romance con Blake, que a la falta de responsabilidad de su padre y manager, para quienes algunos como el biógrafo de Amy Howard Sounes, resulta tener más deber y obligación, sobre todo por su incapacidad de poner límites a su hija y por su sospechoso oportunismo en ciertos eventos narrados en su libro “Amy, 27”.
Los documentales sobre biografías o temas sobre artistas en el ámbito musical suelen explorar diferentes maneras narrativas para conseguir contar una historia en un término original y diferente (tal vez con toques de ficción en el proceso) pero a la vez intentando crear un documento apegado a la realidad. Ejemplos de ello son los documentales “Devil and Daniel Johnston” (2005) Dir. Jeff Feuerzeig, “Searching for Sugar Man” (2012) Dir. Malik Bendjelloul y “Kurt Cobain: Montage of Heck” (2015) Dir. Brett Morgen, los cuales utilizan el recurso de la animación para crear elementos estilísticos alrededor de su sujeto y poder recrear los episodios de los que no se tiene material.
Por otro lado están documentales de los cuales su contenido audiovisual es tan vasto que se pueden lograr sofisticados e innovadores lenguajes para contar una historia, gracias al extenso material que se tiene. Como lo son ejemplos excepcionales de “Tarnation” (2003) Dir. Jonathan Caouette, “the kids stays in the picture” (2002) Dirs. Nanette Burstein y Brett Morgen, así como “Senna” el anterior trabajo de Kadapia. Amy pertenece a esta categoría de documental vanguardista, el cual además de conectar con la audiencia busca dar luz a preguntas por medio del material documental, como si fuera testimonio de una verdad.
El documental es un viaje que se comienza sabiendo su trágico final y donde se descubren facetas desconocidas de la artista permitiendo entender su complejidad, autodestrucción y descontrol una vez que su mundo se ve alcanzado por la fama. Por un lado es una celebración a su unicidad, originalidad y su carencia de manufactura, y por otro de cierta manera es una denuncia sobre el negocio de la música y los medios.
Recomendación 8.5