La filmografía de John Carney suele llegar de manera efectiva hacia un lugar poco profundizado en el cine, se trata de la idea del poder que tiene crear música como instrumento de sanación y el origen de la inspiración creadora por medio de la atracción. A través de historias donde sus protagonistas lo pierden todo y buscan armar de nuevo el rompecabezas de sus vidas, ya sea por medio de terapias en un psiquiátrico como en “On the Edge” (2001), o creando un álbum de música como en “Once” (2007) y “Empezar de nuevo”, el director pareciera acercarnos al postulado de una antigua enseñanza hindú, abordada por el Dios Shiva, “sin destrucción, no hay creación”. No hay mejor forma de comenzar una nueva etapa más que despidiéndose y perdonando lo pasado. Internacionalmente aclamado por su película “Once”, John Carney entrega una nueva historia donde la música se vuelve la mejor terapia y el estado para encontrar de nuevo el camino.
“Empezar de nuevo” relata el encuentro entre un productor de música (Dan), quien se siente derrotado en todos los ámbitos de su vida, y una modesta cantautora (Gretta) quien sufre una decepción amorosa. Ambos deciden emprender un proyecto de una manera no convencional y sin expectativas financieras (como deben ser todos los proyectos creativos en sus inicios), el cual definirá el rumbo que tendrán sus vidas tanto profesionales como personales.
Sin llegar a profundizar muy dentro en el tema, el guion del filme va dejando ideas interesantes en el aire. Como por ejemplo: sobre lo qué es ser un artista auténtico, la imagen e identidad del artista, la dificultad de ser una buena pareja dentro de la industria de la música, o si la música debería de ser libre etc. Puntos relevantes ya que la manera de vender y comprar música está en constante búsqueda de renovación y de cómo mantener mercados cautivos, utilizando nuevas alternativas de compra y de enganche con público. Y aunque no se discute la música original versus el cover o sample, es evidente la postura en el filme sobre la necesidad de ser conquistado por nuevas melodías y nuevas letras. Recientemente en el filme “Pitch Perfect 2”, el planteamiento también es abordado, especialmente en la escena del “Rip off” con la frase “our jam is covers, we spit in originals”, en una especie de burla o sátira sobre esa fascinación generacional por el cover, menospreciando lo que no tiene referentes. Un tema tremendamente interesante de explorar.
Pero a todo esto ¿cuál es el origen de una canción? En el video de Alanis Morrisette “Clean hands” se describe el proceso que lleva el nacimiento de una canción desde la emoción en un episodio de la vida y su culminación al estar dentro de una lista de karaoke. Y pareciera que es ése es el mismo desarrollo dentro de la película “Empezando de nuevo”, donde se denota exactamente el mismo principio, las canciones son fotografías de momentos, nacen de la experiencia humana, y donde los sentimientos quedan impresos en melodía y de repente dejan de ser del autor para ser compartidos con el mundo.
Pero dentro de cada canción existe ánima y aura, y por añadidura también debe contener un cierto misterio. Dentro de la ficción que permite el cine en la película “Made in heaven” (1987) Dir. Alan Rudolph, la composición de una canción es el único vínculo para poder unir a una pareja que se había conocido en un estado etéreo antes de nacer. En este caso la facultad enigmática de componer música provoca encuentros anhelados, los cuales afectan al destino. Pero si trasladamos ese mismo misterio a un evento de no ficción en un material cinematográfico, el documental “Muscle Shoals” (2013) Dir. Greg ‘Freddy’ Camalier, habla precisamente del indescriptible enigma alrededor de grabar en los estudios de música de esa pequeña ciudad y región, ya que para muchos artistas tanto el sonido de sus álbumes como el desarrollo de su proceso creativo, alberga un encanto sin explicación.
Además de que en la plática de TED talks “Your elusive creativity genius”, Elizabeth Gilbert expone la idea antigua y moderna de la procedencia del genio, también plantea si la creatividad y la inspiración tienen alguna procedencia sobrenatural, al ser como espíritus que nos abordan en ciertos momentos que si no les hacemos caso desaparecen, como en la cómica anécdota de lo ocurrido a Tom Waits en un embotellamiento de tráfico.
Uno de los grandes elementos en la dirección del documental “Amy” (2015) Dir. Asif Kapadia es el haber sincronizado los eventos de lo que iba sucediendo en la vida de la artista con la letra de sus canciones, dejando claro la fuente la inspiración. Una gran letra y melodía puede ser un arma para vencer un oponente en un Batalla de Freestyle Rap como en la película “8 mile” (2002) Dir. Curtis Hanson o una oportunidad catártica para expresar un malestar social como en “Straight out of Compton” (2015) Dir. F. Gary Gray.
Es también importante resaltar que el director John Carney gusta de darle crédito a los músicos que ayudan a componer álbumes, quienes también se contagian en los proyectos sin pretensiones ni falsas promesas. En sus películas estos personajes suelen ser descubiertos en la calle e invitados a participar, como única alternativa para poder manejar los costos de la grabación. Sin embargo es una buena oportunidad para hablar de aquellos músicos talentosos que nunca son mencionados. Los documentales “The Wrecking Crew” (2008) Dir. Denny Tedesco y “Muscle Shoals” siguen a esos grupos de músicos que sin ellos no hubieran sido posible muchos de los grandes éxitos que hoy en día los consideramos de culto.
En el caso de “Empezando de nuevo” la idea de grabar un álbum en localidades exteriores, no es del todo nueva, varios grupos y artistas ya lo han experimentado como: Animal Collective con “Campfire Songs”, Set Fire to Flames con “Sings Reign Rebuilder”, Thee Silver Mt. Zion Memorial Orchestra con “Hang on to Each Other”, entre otros. Lo que sí parece ser original es la idea de hacerlo en diferentes lugares de una misma ciudad.
Abordado anteriormente por “Once”, la atracción física e intelectual vuelve a jugar un papel predominante en el cine de Carney, es como si crear provocará una magia muy parecida al amor eros. En ambas historias tanto en “Once” como en “Empezar de nuevo” los protagonistas hallan la felicidad al crear, y se rodean del encanto de la atracción física, pero lo interesante y especial es que se trata de un proceso, de haber encontrado una musa, una etapa alcoholizada y que tiene fecha de expiración. La inspiración lleva a una atmósfera de enamoramiento. Ambas películas hablan de que el amor no está en poseer sino en retroalimentar, como esa idea visual en compartir música por medio de un adaptador de audífonos de doble entrada. Lo interesante es que maneja esa idea madura y poco utilizada al trata de evitar el cliché y la formula hollywoodense, como por ejemplo en la desafortunada comedia romántica “Música y letras” (2007) Dir. Marc Lawrence.
“Empezando de nuevo” es una de esas perlas especiales que encarna de manera acertada la magia alrededor de crear y ser parte de la música.
Recomendación 8.8