Ha pasado más de una década de la explosión del dance punk; y pocos exponentes de ese género han sabido sortear las nuevas corrientes musicales siendo fieles al estilo con el que debutaron.
Uno de esos grupos es Liars. Formados a principios de la década pasada en la siempre prolífica ciudad de New York, llevan editados siete álbumes, todos cobijados bajo el mítico sello Mute; casa de bandas legendarias como Depeche Mode, Fad Gadget, New Order y Erasure, por citar algunos. Con estos antecedentes, no es raro que suenen a una mezcla de todos ellos, pero dándole un toque de modernidad.
“Mess” es el título del más reciente trabajo. Alejándose completamente de la experimentación mostrada en su anterior disco, “WIXIW”, para sumergirse por completo en beats industriales, melodías post punk y bases bailables.
El álbum abre con la genial “Mask maker”, una bomba electrónica que bebe lo mismo del electro de Giorgio Moroder en “I feel love” y los pasajes obscuros del post punk de Fad Gadget, que nos sirve de aperitivo para lo que a lo largo de 55 minutos Liars nos va a ofrecer.
Ese mismo electro sufre una mutación hacia sintetizadores macabros y un beat más lento en “Vox Tuned D.E.D.”, segundo corte del disco, donde la voz de Angus Andrew demuestra lo mucho que ha aprendido de Dave Gahan de Depeche Mode asi como de Thom Yorke de Radiohead, dos grandes influencias del grupo.
En “I’m no gold”, el grupo utiliza el recurso de incrementalmente añadir capas y capas de sonido que lo mismo remite a los Chemical Brothers de los 90s que a los experimentos de Fad Gadget, demostrando que el break beat, popularizado por los primeros, aún tiene algo interesante que mostrar.
El siguiente corte, “Pro Anti Anti”, comienza con una potente base industrial, deslizándose hacia la mitad a un sonido minimalista para después volver a subir la velocidad reventando con furia hacia el final, inevitablemente, trayéndonos a la cabeza lo hecho por Primal Scream en la era “XTRMNTR”.
Las revoluciones bajan con “Can’t hear well” una especie de balada electrónica que nos remite nuevamente al sonido de Depeche Mode, para después, dar paso al pegajoso primer sencillo “Mess on a mission”, una interesante canción con una beat en código morse y una base punk en la que Angus repite como mantra “Fact is fact and fiction’s fiction” que nos recuerda a Fad Gadget mientras los coros en falsetto a lo Andy Bell de Erasure le dan un aire divertido.
A partir de aquí, Liars muestra su lado experimental, como en la instrumental “Darkslide” o los ritmos techno de “The weight of gold”, y la robótica “Dress walk” donde hacen un tributo al sonido de Kraftwerk sin sonar a mala copia.
El álbum cierra con la hipnotízate “Perpetual Village” y la ambiental “Left the speaker blown”, genial e irónico título después del viaje sonoro al que nos sometieron.
Liars han tenido siempre la reputación de cambiar agresivamente de dirección con cada álbum. Su música es una especie de monstruo con el que nunca sabes cual será su siguiente mutación. En “Mess”, nuevamente demuestran que, a pesar de esas mutaciones, el caos sonoro es su marca registrada.