En su nuevo filme “Personal Shopper”, Olivier Assayas nos aleja de la historia habitual sobre fantasmas para contarnos una nueva. Diferente en técnica, estilo y narrativa. Crea un puente entre la percepción del espiritismo del pasado con algo totalmente renovador, dejando en medio o (atrás) la idea habitual del espíritu acosador que busca venganza y utiliza la tecnología para manifestarse. Thriller sobrenatural y elegante sobre la búsqueda de la identidad personal y el mundo en que se vive.
El filme es la historia de Maureen, una asistente personal de origen estadounidense que trabaja para una famosa modelo internacional en París. Se encarga de comprar ropa en las casas y talleres de moda más sofisticados y costosos de la región, siempre alerta para hallar el artículo adecuado para su clienta. Además de buen gusto, Maureen tiene otra habilidad, es médium y se encuentra en la espera de una promesa hecha con su hermano gemelo recién fallecido, la de comunicarse una vez que haya alcanzado la muerte.
“Personal Shopper” aunque tiene otro tono y es otra su temática, pareciera tener cierta continuidad con la película anterior de Assayas “Clouds of Sils Maria” (2014), donde Kristen Stewart también era una asistente de una celebridad y donde se presentaban las dificultades de trabajar con una persona famosa. Aun así, el personaje de Maureen de la misma manera comparte afinidad con otros trabajos y personajes de Assayas, donde se presentan oficios o asuntos cercanos al círculo social de la clase alta, culta y de nombradía sobre todo alrededor del arte. Universos fascinantes y poco explorados que permiten ver al mundo snob y excéntrico desde otro punto de vista como en “Summer hours” (2008) y “DemonLover” (2002).
Maureen se encuentra en un mundo que no es el suyo, no solamente por su posición subordinada en el trabajo y sus aspiraciones artísticas, sino porque se halla en un país ajeno con lengua y cultura diferentes. Se siente extraña y perdida, en primer lugar, en un territorio hiper materialista que utiliza objetos para identificarse, validarse y reconocerse. Y en segundo lugar, Maureen vive un luto que la mantiene inerte en su vida personal, en una especie limbo, en una sala de espera. Es como si ella misma fuera un espíritu en búsqueda de su siguiente plano existencial. Un contraste o más bien un shock entre dos extremos: la materia y el espíritu, y donde pareciera desea alejarse del primero para entrar en contacto con el segundo.
Es relevante mencionar que el filme toma a lo sobrenatural como una realidad. Se aleja del concepto de charlatanería o aspecto negativo alrededor del fenómeno, sobre todo manejado en otro tipo de películas: como en el excelente thriller psicológico “Seance on a wet afternoon” (1964) Dir. Bryan Forbes, así como en el documental “American mystic” (2010) Dir. Alex Mar.
Los eventos paranormales alrededor de la muerte se muestran como el medio de comunicación que busca evidencia física para poder completar un mensaje. Un documental que explora el fenómeno desde una perspectiva más seria es “Life after Death Project” (2013) Dir. Paul Davids, un filme que describe una serie acontecimientos extraños percibidos por amigos muy cercanos del padre del Sci-Fi hollywoodense Forrest J. Ackerman después de su muerte.
“Yo quería tocar el tema con seriedad. No quería hacerlo un elemento solamente del género o algo extraño y fetichista. Yo quería hacer sentir fuera parte del día a día, crear en el filme un mundo donde la gente cree en la existencia de fantasmas, que no hubiera cuestión sobre ello.” Olivier Assayas
En el filme se valida la existencia de la práctica espiritista a través de referencias cautivadoras y verídicas que en cuanto el filme termina es inevitable ir a buscarlas en internet. Son analogías al estado físico y mental de Maureen como por ejemplo su referencia a la artista abstraccionista Hilma af Klimt seguidora de la teosofía de Madame Blavatsy y su “Arte Espiritual”, además de su referencia a un episodio de la vida de Victor Hugo donde estuvo interesado en el espiritismo mientras estaba exiliado en Jersey.
Dentro del plano material que rodea a la protagonista de “Personal Shopper”, en las recolecciones y compras, aunque prohibido siempre se le es invitada a usar las prendas escogidas, permitiendo que algo más emane en ella, algo desconocido y desconcertante. Una transformación que tiene tintes eróticos y de culpa, haciendo a la materia también parte de lo carnal y del deseo.
Por momentos la cámara permite interpretar que es el espectador quien se convierte en la mirada del espíritu, si el espíritu puede verlo todo también es testigo de los momentos privados, la captura de la intimidad, como lo es cualquier dispositivo con cámara en nuestros días. En ciertas escenas la cámara invade la intimidad de la protagonista, lo cual es también importante en el filme pues la reflexión de mirar a otros sin ser descubierto está desde googlear a alguien y seguirlo en diferentes redes digitales.
Al intentar hacer contacto con una presencia, la comunicación espiritista requiere volver al pasado, para revivirlo y repasarlo. De la misma manera el espiritismo se convierte en la metáfora de estar atrapado en un episodio no resuelto. En el caso de Maureen ¿qué es exactamente lo que espera que pase?, pareciera que su problema no es el bienestar de su hermano sino algo más egoísta, el saber que está por sucederle a ella.
El único problema con el filme es que pudiera percibirse como plano y con cierta dificultad para cohesionar los sucesos de la historia, pues el thriller comienza abordar demasiado y resolver poco. Y en donde todo comienza a pasar con la misma intensidad que por momentos no se sabe qué es lo más importante. En su estilismo y elegancia quedan perdidos los picos dramáticos de la historia, dejando así a “lo abstracto” apoderarse de la narrativa con una serie de preguntas abiertas. Como también le sucede al filme de Fritz Lang “The ministry of Fear” cuando se trata de comprender los porqués de los eventos espiritistas. En el caso del filme de Assayas no quedan claros los porqués de lo terrenal, convirtiendo al filme en algo más surrealista.
“Personal Shopper” es una de las historias de fantasmas más exquisitas y finas dentro del cine sobrenatural. Pertenece a la lista de filmes notables y emblemáticos que tocan el tema de lo suprasensible con gran pericia como por dar un ejemplo “Uninvited” (1944) Dir. Lewis Allen, lo llegó a hacer al cambiar la percepción de la película sobre fantasmas del género de la comedia al suspenso, y “Carnaval of Souls” la cual mostraba una nueva manera de representar al mundo de los muertos desde otra lógica espacial, onírica y desorientada, entre otros filmes.
“Personal Shopper” lleva al mundo de los espíritus a mirarse desde una perspectiva contemporánea, estética, sensual y muy femenina. Dejando ver en el camino a la nueva tecnología como si fuera también otro tipo de espiritismo.
Recomendación 8