Desde la primera escena el término “sicario” queda establecido. Ya no tiene el mismo significado de acuerdo a sus derivaciones históricas, pues el uso coloquial actual lo ha referido a quien mata a sangre fría por un fin material o económico. Denis Villeneuve utiliza como escenario el conflicto de la frontera entre Estados Unidos y México, para contar una historia que en sus palabras “continúa la exploración sobre las sombras ocultas en la cultura americana”. No hace al Sicario su personaje principal, no le interesa contar una bitácora de la vida ni los quehaceres de su oficio. En un sentido opuesto, su protagonista es una agente del FBI, Kate Macer, quien es invitada a ser voluntaria en una misión especial relacionada con el narcotráfico en ambos países. Y quien es misteriosamente la candidata perfecta, tal vez por su evidente idealismo o por otras razones. Durante tres días, Kate Macer tendrá que trabajar bajo las órdenes de Matt Graver y un Sicario de nombre Alejandro, situación que la llevará a cuestionar no solamente el sentido de la misión sino su idea de que el mundo puede ser arreglado siguiendo las normas éticas y morales.
Es asombroso el alcance empático del director en cada uno de sus filmes; pues logra conectar a la audiencia de manera emotiva con la tragedia de la cultura y la problemática social referidas. No hay caminos ni soluciones simples en las historias de Denis Villeneuve, sus personajes viven dilemas tremendamente difíciles, y en donde al hacer daño a los demás se hacen daño a ellos mismos, anteponiendo la idea de que todos están en el mismo barco, a todos les afecta el resultado de sus acciones. Ya sea en un estudio de introspección sexual o de crisis existencial como en las películas “Maelström ” (2000) y “Enemy” (2013); o ya sea explorando fenómenos sociales contemporáneos como el feminicidio en el caso de “Politecnique” (2009), el fanatismo religioso y el racismo en la guerra civil de medio oriente con “Incendies” (2010) y la búsqueda de justicia después haber perdido la confianza en la ley con “the Prisioners” (2013).
“Sicario” prosigue el análisis del director por alumbrar las diferentes tesituras de la maldad humana. Se mantiene en la misma atmósfera de desesperanza y desolación, anteriormente propuesta por Amat Escalante en la película “Heli” (2013). En donde el azar es el verdugo que sacrifica víctimas, en una violencia producida por lo absurdo y el sin sentido de la realidad. Y en donde la secuela en este tipo de conflictos es un pueblo que aprende a vivir en un estado psicótico de crueldad y miedo.
Esos horrores y esa incoherencia son las que rigen el fondo de “Sicario”, en donde la ley y la ética no siempre son la respuesta para establecer el “orden”. También pueden ser comprendidos en la filosofía con la que trabaja el Alejandro “el sicario”. Horrores visualmente descritos en forma sutil en el filme, los cuales recuerdan a los horrores de guerra suspirados por el Coronel Walter E. Kurtz en “Apocalipsis Now” (1979) Dir. Francis Ford Coppola. Pero también son horrores que carecen de sentido lógico y moral, los cuales corren el peligro de convertirse en modos de vida, usos y costumbres culturales como son retratados en los documentales “El acto de matar” (2012) Dir Joshua Oppenheimer y “Narco cultura” (2013) Dir Shaul Schwarz.
Por medio de composiciones y cinematografía Denis Villeneuve también habla en dobles lecturas. Como en la escena donde Kate viaja en avión a México y desde arriba ve las montañas que se presentan como formas mórbidas, grotescas y monstruosas, las cuales son el preludio de su destino. También en otra escena de forma poética, los marines se sumergen en la oscuridad de su misión entre un crepúsculo que los hace desaparecer a lo desconocido, a lo incierto. Escena descrita en El New Yorker por Anthony Lane, como el nuevo cowboy con cascos de alta tecnología que se sumerge en el horizonte como último western americano.
Las actuaciones de Emily Blunt, Benicio del Toro y Josh Brolin son excelentes. Denis Villeneuve se consagra nuevamente como uno de los directores de Québec más interesantes de esta década.
“Sicario” no solamente narra la historia de Kate Macer, sino de algo todavía más grande y evidente. Entre este eterno ciclo de destrucción, violencia y venganza toda clase de víctimas son afectadas, lo único que queda como esperanza es la idea de encontrar la cura para este mal de medidas desproporcionadas.
Recomendación 9.5