The Lure es un cuento de hadas para adultos que como su nombre lo insinúa trata sobre los encantos de ser atraído por la seducción, y de que mejor manera que por medio del arquetipo ideal para esa condición, el de la sirena. Erótico y muy femenino el filme se aleja de narrativas y armonías disneylandescas para acercarnos a un mundo nuevo y a la vez extraño. Retando los preceptos establecidos sobre este topos, e incorporándolo dentro del género del cine musical, fantástico y de horror. Vibrante, Original y alucinante el filme polonés plantea al centro nocturno como el lugar perfecto de escape, ensueño e ideal para contar una historia de sirenas y sus despertares.
El filme comienza con los créditos en animación y presentados dentro de una mazmorra de cráneos humanos y aguas tenebrosas. Una sirena llamada Plata se ve atraída por el canto de un joven apuesto, Mietek, y no pasa mucho para que junto a su hermana Oro comiencen a atraer a Mietek con una melodía y con la promesa de no comerlo. La escena deja ver como los hombres son llamados por las sirenas no así las mujeres, pues cuando Krysia se da cuenta de lo que esta sucediendo lanza un grito de horror, el cual se va mezclando con la siguiente toma donde se encuentran cantando en un centro nocturno. Oro y Plata se incorporar a la banda del club para cantar con su sinigual estilo y ser parte del espectáculo principal. El centro nocturno se convierte en un hogar donde ambas sirenas comenzarán un viaje iniciático sobre emociones ajenas a las de su especie.
El filme tiene un entramado de temas y referencias al universo mitológico de la sirena en un exotismo pop, pues por un lado es la adaptación del cuento trágico para niños de Hans Chrstian Andersen, y por otro es también la adaptación de las memorias vividas por las hermanas Barbara y Zuzanna Wrońska quienes crecieron en el centro nocturno Adria (el mismo que sirve de escenografía al filme) Son ellas quienes componen el soundtrack con canciones originales que navegan entre electro, europop, new wave, synth y punk, estableciendo el estado anímico de los 80’s.
El filme de Smoczynska explora desde otra perspectiva el fetiche de la sirena, se aleja de aquellos filmes que intentaron adaptar el cuento o contar historias influenciadas por él. Como las versiones de “La pequeña Sirenita” 1976 de la directora Karel Kachyna, la versión de Vladimir Bychkov, Splash (1984) de Dir. Ron Howard, “Mermeaid got married” (1994) de Norman Law Man, al igual que la versión de Disney (1989) de Drs. Ron Clements y John Musker, entre muchos otros. Donde la imagen ideal de la sirena está asociada con la dulzura, la inocencia y la ingenuidad. A diferencia de ese precepto Smoczynska regresa a los orígenes del mito, y su sirena está más alineada al monstruo de la Odisea de Ulises que intentaba con su canto ahogar navegantes, momento explorado de manera poética en la adaptación de la obra de Ulises “O Brother, Where Art Thou?” de los hermanos Cohen. “Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides” (2011) del Dir Rob Marshall, explora también este relato antiguo y le da a la sirena las habilidades vampíricas para atacar a quienes se acercan demasiado, mostrando una criatura muy diferente a la imagen inofensiva establecida por el colectivo y dándole un lado más siniestro. Es relevante que la nueva o antigua monstrousidad de la sirena aterriza en su capacidad de ser femme fatale, una mujer que acaba con los hombres y los consume para su propio placer o necesidad, cuestiones totalmente acertadas en las personajes de “The Lure”.
Pero la inspiración principal del concepto en la imagen de Oro y Plata viene del mundo fantástico y erótico de la artista Aleksandra Waliszewska. Quien retira la simetría y encanto de la cola de la sirena en forma de aleta de pescado, para cambiarla por una repulsiva, similar a la de una anguila presentando al personaje un estado salvaje y grotesco. Para la directora era importante que el cuerpo de la sirena no solamente sugiriera los cambios físicos que vienen con la pubertad y la adolescencia (cambios hormonales, menstruación, olores, ovulación) estados por momentos vergonzosos para quien los experimenta. Sino también fuera una metáfora de quien migra a otro mundo, y que lleva consigo aprender nuevas costumbres, idiomas, etc.
Aunque existen escenas duras y difíciles de abordar, como lo son la sexualidad y las drogas dentro del centro nocturno, la atmósfera del filme musical se mantiene en un estado surreal. Porque a través de este encantamiento con el que también es embelesado el espectador, la realidad es que Oro y Plata están más cercanas a ser fenómenos de circo o freaks explotadas en un centro nocturno, que a ser grandes artistas dueñas de su destino. Es como si dentro de una metáfora preciosamente presentada el transforndo podría ser otro, algo así como la ensoñación erótica o doble realidad planteada en “Sucker punch” (2011) de Dir Zack Snyder, cuando el sueño es la academia de baile y la realidad es un hospital psiquiátrico. La explotación se romantiza y embellece hasta casi ni siquiera percibirse.
Por ejemplo en una de las escenas se le explica al octogenario manager del club que no debería temer de que Oro y Plata estén en el centro nocturno pues no son menores de edad humanas, sino una especie diferente. Y le revela su forma real carente de aparatos reproductivos, los cuales están completamente borrados como si fueran una Barbie o parte de la obra de la exhibición de Faith, Honor, and Beauty de Aziz y Cucher, para después ser rociadas con agua mostrando su cola de sirenas. Es una escena un tanto escandalosa pues aunque Oro y Plata mantienen un ánimo de diversión durante la inverosímil situación, el manager infiere una postura pervertida al presentarse como quien prueba la mercancía antes de adquirirla.
Para el guionista Robert Bolesto era importante mantener un estado de fantasía en el filme. Tanto en el ambiente de las sirenas y su vulnerabilidad de estar en un centro nocturno, como también el distanciamiento de recrear la realidad del comunismo vivido en Polonia en los 80’s. En una intención por transmitir la ingenuidad de quienes fueron niños en la generación del guionista y la directora. Para ello Bolesto toma su inspiración de la película fantástica polaca Mister Blot’s Academy (1984) Dir. Krzysztof Gradowski y Crash (1996) de Cronenberg. Sin embargo, otro detalle que hacen todavía reconocer aún más la opera prima de Agnieszka Smoczynska es que Polonia es un territorio sin pasado dentro del género musical, por lo que todo el concepto es un hibrido de diferentes fuentes.
Haciendo una comparación entre filmes musicales contemporáneos “The Greatest Showman” (2017) del Dir. Michael Gracey comparte ciertas similitudes con The Lure. Primeramente porque sus temáticas aunque tratadas en diferentes tonos y realmente con puntos opuestos exploran el mundo de los fenómenos y su explotación en escenarios. Sin embargo una de las grandes diferencias es que The greatest showman no solamente intenta alinearse al clasicismo de Broadway, sino caber en la emoción vacía y distorcionada creada por Disney aunque se trate de una producción de la 20th century Fox (eso de volver a P.T. Barnum en héroe inmaculado de su negocio es realmente insólito), y a la vez mezclar su musicalidad con ritmos pops y de hip hop, haciendo un engrudo que termina por ser disparatado y sin sentido. The Lure intenta hallar su propio camino sin encasillarse, por medio de su estética desaliñada donde el abunda la lentejuela y la cortina brillos. Se aleja de la formativa estricta, perfecta y prefabricada del musical de Hollywood, logrando tener muchas libertades artísticas más influencia por el video clip que por la pureza del género.
El problema de The Lure es que aunque cohesivo, hay muchas lagunas dentro de la historia que jamás son respondidas. Como cuando Plata ve en un cerrojo de una puerta una pareja teniendo sexo oral pero no es claro quién son los involucrados. O sobre cuál es la relación entre los tres músicos del centro nocturno, si se trata de un triángulo amoroso o una familia. Así como significado tiene el sueño de Krysia de verse amamantado sirenas, entre otras escenas.
Parece el fetiche de la sirena continuará gestando nuevas propuestas, es un tema que difícilmente se agotará pues su exploración y fascinación solo se incrementa. Alcanzando no solamente al género del musical, sino también el de la comedia con “the Mermaid” (2010) Dir. Stephen Chow, y hasta el del horror extremo en Guinea pig – mermaid in a manhole (1988) Dir. Hideshi Hino.
Al final en la última escena de The Lure, la cámara parece se sumerge a la profundidad del mar probablemente dirigiéndose al mismo lugar donde comenzó. Como si se adentrara a lo profundo de la psique donde las grandes historias se crean.
Photos vía: medialifecrisis.com y rogerebert.com
Recomendación 8.5